Apart Lima 265
EDITORIAL - EL ESTADO, QUEBRADO, SALE A EXIGIR AYUDA DE LOS PRIVADOS
Una discusión que parece de sordos
Imprimir E-Mail


Un gobierno integrado por funcionarios y legisladores que en abrumadora mayoría vienen de ser empleados públicos, intentan convencer a empresarios, comerciantes e industriales, que deben hacer un nuevo esfuerzo para tapar las filtraciones del sistema estatal. Dos idiomas distintos, una conciliación casi imposible.

(29/12/2007) Desde un análisis macroeconómico, el caso Tierra del Fuego debe tener pocos o ningún antecedente en la historia reciente de la Argentina. Resulta muy peculiar ver de qué modo el sector privado y el estatal se han desarrollado durante los últimos años, en la que alguna vez recibió el bien ganado mote de "isla de la fantasía".
Es que mientras toda la actividad privada ha experimentado un crecimiento en algunos casos explosivo, con resultados altamente redituables, la situación en el Estado no ha seguido siquiera la tendencia nacional, el déficit sigue creciendo (tanto en la Provincia como en los municipios) y sólo se oye hablar de crisis, de desfinanciamiento del sistema y de amenazas de colapso económico.
Como era de esperarse, la llegada de un nuevo gobierno, con un signo político diferente de todos los anteriores, no hizo más que mostrar más crudamente la realidad, o porque se destapan algunas miserias mal escondidas o porque se cumple con la folclórica costumbre de pintar desde el nuevo oficialismo un panorama desolador en el afán de merecer un poco más de paciencia para la gestión entrante.
Lo cierto es que hablar sin eufemismos ayuda a confirmar que en Tierra del Fuego encontramos por un lado empresarios ricos con empresas progresistas, personal bien o muy bien pago, inversiones que piden pista a gritos, y sectores completos que han pasado de la postración al éxtasis económico. En el otro extremo, el Estado hoy se exhibe como un gigante superpoblado, deforme, subvertido, con sueldos exorbitantes y funcionarios enriquecidos tanto o más que los empresarios, pero que no podrían explicar cómo lo lograron, mientras la crisis se abate sobre el sistema.
Así las cosas, nada puede extrañar que el sector privado en su totalidad se abroquele en una ofendida resistencia cuando desde el gobierno entrante se les exige (más que pedir) un aporte extraordinario para tapar los enormes agujeros negros en las finanzas del sistema estatal.
"No participamos de la fiesta, no es justo que paguemos nosotros los perjuicios de la corrupción, mientras desde el gobierno no se hace nada para achicar el derroche", rechazan en un discurso calcado los empresarios de todos los sectores, mientras resisten el proyecto de Reforma Tarifaria Fiscal, que se reconoce fácilmente como un tarifazo pero que el oficialismo prefiere presentar bajo el eufemismo de "justicia tributaria".


Pequeña babel


El enfrentamiento está claro y no ofrece flancos de concertación, porque se trata de entablar un diálogo entre dos sectores que hablan idiomas completamente diferentes. Mientras los empresarios que ven peligrar sus ganancias llevan en algunos casos muchos años lucrando en tiempos de bonanza y remando duramente en las sucesivas crisis, este gobierno está integrado casi exclusivamente por funcionarios que toda su vida se han desempeñado en el sector estatal.
Los propios legisladores oficialistas, que debieran defender la posición, reconocen un historial sólo de empleados públicos, nulos e iletrados en la ciencia de generar riqueza, de producir, de manejarse con un presupuesto finito y exiguo, de ahorrar energías, de optimizar rendimientos, de distribuir parejamente las cargas, de reinvertir, de generar hábitos de eficiencia.
En ese marco, el propio ministro de Economía es un prestigioso tributarista, formado con mentalidad afín al punto de vista del fisco, con estrategias apuntadas a recaudar, más que a administrar recursos y ello lo aleja (y hasta lo pone en las antípodas del pensamiento) con los empresarios a los que ahora debe convencer para que hagan un esfuerzo adicional para tapar las enormes fisuras en el contenedor de los recursos del Estado.
"Si al menos destinaran lo que piden de más a recursos específicos, pero reconocen ellos mismos que todo va a rentas generales, nos aumentan las alícuotas y mañana salen a dar más aumentos de sueldos", se quejaba un empresario embanderado en la resistencia, mientras se enojaba porque "tuvieron medio año para venir a tratar de conciliar alguna fórmula intermedia, pero esperaron de agarrar el gobierno y ahora nos trabajan de apuro".
Los empresarios dicen que aceptarían aportar cuotas adicionales a fondos específicos y citan por caso la posibilidad de que los operadores turísticos financiaran una nueva terminal portuaria, o los ruralistas empezar a tributar para que se mejoren los caminos. Pero de nada de esto se ha hablado aún, en un clima de enfrentamiento que amenaza con llevar la tardanza en obtener la reforma fiscal hasta más allá de marzo del año entrante, para desesperación de los economistas del gobierno.


Crecer de golpe


Hoy, el ámbito de discusión está centrado en la Legislatura, donde el oficialismo, integrado casi en su totalidad por camaristas de extracción gremial del sector público, se enfrentan con una oposición que en su casi totalidad está ligada, por conveniencia u origen, con el poder económico cuyos intereses seguirán defendiendo a ultranza, más allá de la materia que se discuta.
La falta de negociadores oportunos e idóneos le ha costado a Fabiana Ríos perder varios meses de calentamiento y empezar con el pie izquierdo una campaña de convencimiento que debió pasar más por la seducción y el diálogo que por el discurso prepotente de funcionarios y legisladores que no ven más allá de su propia ideología.
Para muchos, esto es de lo que se hablaba cuando se prevenía acerca de la falta de experiencia en el arte de gobernar. El ARI en el gobierno parece estar probando tragos amargos de su propia medicina. La estrategia de permanente confrontación, de crítica cerril, de obstrucción sistemática, que usaban como herramienta cuando estaban en el llano, es la que el PJ, el MPF y hasta los radicales emplean para frenar los ímpetus aristas de atacar con obcecación un sistema instalado.
En ese marco, las contradicciones aparecen a cada paso. Desde el gobierno se afirma que los elevados salarios en la administración pública van a parar a manos de los comerciantes a través del mayor consumo. Los privados lo desmienten, afirman que el 25% del dinero que cae en manos de los empleados estatales sale de la provincia vía transferencias o inversiones fuera de la isla. Y arguyen en su favor que el propio gobierno lo admite cuando pretende gravar las transferencias bancarias y giros en dinero, en una medida que parece tener pocas posibilidades de prosperar, ya que invade terreno normativo exclusivo del Banco Central.
Lo cierto es que la luz en el fondo del túnel de la polémica se apaga cada vez más. El gobierno pudo acertar y obtener un consenso importante si atacaba sólo a sectores privilegiados, si buscaba combatir prácticas prebendarias y si todo esto lo hacía en una medida progresiva, con aumentos escalonados que no generaran una sensación de inseguridad jurídica, imagen que puede ser fatídica para el interés económico de la provincia. Pero se equivocó pretendiendo hacer todo de golpe, operar hasta el hueso, atacar a todos sin disquisición, empresarios grandes y chicos, multinacionales petroleras y emprendedores "CRECE", todo junto y en la misma proporción.
Cualquier buen soldado sabe que los enemigos se vencen más fácilmente si se los ataca de a uno. Al ARI le queda mucho por aprender de estrategias, lo malo es que ya está jugado y sin armas.


Surnews

Ultimo Momento

Euforia Sonido

Portada Impresa

Portada de la Edicion 31-12-07

La Encuesta

¿Cómo gobernará Fabiana Ríos?
Cómo cree que serán los primeros meses de la gestión de Fabiana Ríos
¿Mejor que Cóccaro?







El Staff

Webmaster
Webmaster

Emilio Welsch de Bairos
Director General

Norman Munch
Jefe de Redacción

Sonia Matus
Gerenta Administrativa

Juan Sergio Fuentes
Representante en Bs. As.

Todos los artículos en este sitio son propiedad y responsabilidad de sus respectivos autores.
TiempoFueguino Online 2.03(Strauss) basado en Joomla! -- Un desarrollo de Studio Patagonia